sábado, 16 de octubre de 2010

"Festival porteño" (fragmentos) por Sol Balesta-Yohai

Tyrone (personaje principal masculino) narra en primera persona. Está sentado en un banco de la plaza, donde se desarrolla el festival organizado por la mamá de Esperanza (personaje principal femenino)

http://www.youtube.com/watch?v=Z8lwMblL5Ek

"Tañeron las cuerdas de las guitarras y chocaron los palos contra el cuero de los bombos. Cuando Lupe, Luciana y Paula abrieron las bocas para cantar la zamba “Al jardín de la república”, pensé que no hubieran podido encontrar unas voces más apropiadas, ni aunque buscaran indefinidamente.



Desde el norte traigo en el alma la alegre zamba que canto aquí,

Y que bailan los tucumanos con entusiasmo propio de allí

Cada cual sigue a su pareja, joven o vieja, de todo vi...



Los sonidos musicales que despedían exudaban el entusiasmo y la alegría porteños, a más no poder. Entregadas en cuerpo y alma, cantaban con el corazón para su país. Al ritmo de la música, algunas parejas danzaban según decía la letra.



Media vuelta y la compañera forma una rueda para seguir

Viene el gaucho, le hace un floreo y un zapateo comienza aquí

Sigue el gaucho con su floreo y el zapateo termina allí...



Los varones golpeaban el suelo con sus botas, mientras que las chicas agitaban coquetamente las faldas. Aquello parecía sacado de una ilustración folklórica donde todos bailaban desde lo más profundo de sí. En Inglaterra jamás hubiéramos soñado con un festival más maravilloso. Las efusivas voces de las tres chicas, turnándose cada verso, seguían marcando el ritmo.



Para las otras no, pa´las del norte sí

Para las tucumanas, mujer galana, naranjo en flor

Todo lo que ellas quieran, que la primera ya terminó...



Esperanza irrumpió en la pista de baile, del brazo de Julio. Sonriendo, se ubicaron en el centro de la pista y se sumaron a la danza tucumana. Con una nostalgia declarada, Luciana, Paula y Lupe continuaban sin cansarse, ennumerando las bellezas de las fiestas en “El jardín de la república”



No me olvido, viera, compadre, de aquellos bailes que hacen allí tucumanos y tucumanas

Así se olvida que hay que morir.

Empanadas y vino en jarra, una guitarra, un bombo y un violín

Y unas cuantas mozas bizarras, pa´que la farra pueda seguir

Para las otras no, pa´las del norte sí

Para las de Simoca, mis ansias locas de estar ahí

Para brindarles mi alma en esta zamba que canto aquí.



Un apasionado rasgueo de la guitarra sonó, y la canción terminó. Los bailarines gritaron y aplaudieron, los chicos agitando sus sombreros en el aire, las chicas desprendiéndose los pañuelos del cuello y revoleándolos. Yo me quedé sentado, aplaudiendo hasta que las manos me dolieron.”


Tyrone vuelve a narrar en primera persona. Mira por una puerta de vidrios hacia adentro de una sala de la casa de Paula.

http://www.youtube.com/watch?v=8dStp5hq294

En el estéreo sonaba una pieza de tango, la que identifiqué inmediatamente como “Por una cabeza”, de Gardel. Desconocedora de mi presencia, Esperanza bailaba con un compañero imaginario. Pero, en realidad, no hubiera necesitado ningún compañero.

Con la gracia de una ballerina, se deslizaba, saltaba, arrastraba un pie por el suelo, dejaba caer la cabeza y levantaba una pierna, siguiendo la melodía. Más que bailar, parecía flotar, totalmente ingrávida, ajena a las leyes de la física. Sus ojos oscuros estaban cerrados, y sus pestañas negras se perfilaban temblorosas contra su piel de durazno. Su boca roja estaba entreabierta, y su peinado deshecho. Extasiada, transportada a otro mundo por el sonido de la música, giraba, daba piruetas, extendía los brazos para darse impulso y volvía a empezar.”

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